
Las fuerzas de seguridad argentinas, que casi a diario lidian con protestas callejeras y con la violencia de las ''barras bravas'' (ultras) del fútbol, preparan un fuerte dispositivo de seguridad para los 14 kilómetros de recorrido de la antorcha, ante el anuncio de manifestaciones contra la actuación de Pekín en la región tibetana.
La llama olímpica, que llegó ayer por la tarde a Argentina, partirá desde la exclusiva zona de Puerto Madero bajo la custodia de 1.500 efectivos de la Prefectura Naval, 1.200 policías federales y 3.000 colaboradores que limpiarán el camino a su paso. Esta es su única escala en Latinoamérica dentro de su gira mundial que finalizará en el mes de agosto en Pekín.
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