El Zenit consiguió ayer su primera uefa de su historia. La final de Manchester premió la valentía y osadía de un Zenit que acabó con un Rangers primitivo, al que sólo le importó dejar su portería a cero. Un gol de
Denisov en el minuto 70 abrió una muralla a la que no se le veían huecos y que apartó Arshavin con una asistencia a la gloria para Denisov. Ya en el 93',
Zirianov le puso la guinda al mejor de los caminos. El balón y el destino premió al único que quiso tratarlos con cariño. Los rusos tocaron la gloria en el otro teatro de los sueños.
No hay comentarios:
Publicar un comentario